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Mensajes / Sermons


Octubre 08, 2009
Echando toda vuestra ansiedad sobre EL

por Misionera Amelia Sifuentes-Torres

1 Pedro 5:5-7 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Introducción: Hay tres actitudes básicas y fundamentales que el cristiano necesita para poder vivir una vida cristiana victoriosa que demuestre su madurez espiritual. 1. Sumisión: es rendir honor, respeto, obediencia, someterse a la autoridad de otro. Pedro exhorta a toda la iglesia y en especial los jóvenes, a dar honor, respeto y obediencia a los lideres espirituales de la iglesia, en otras palabras a los pastores cuando dice: “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros”, (Estar sometidos a los lideres o pastores y todos Obedientes, subordinados, Rendidos, subyugados)

1 Tesalonicenses 5:12-13: “Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros”. Los creyentes están llamados a conocer a su pastor lo suficiente como para apreciarlo de manera intima y respetarlo a causa de su valor para el Cuerpo de Jesucristo. La obra de los pastores tiene una triple acción: 1) trabajar hasta el cansancio aunque este enfermo 2) supervisar como “obispo” a la grey: lo que literalmente significa pararse frente al rebaño para conducirlos en el camino de la justicia y 3) amonestar e instruir en las verdades de la Palabra de Dios. La falta de sumisión (obediencia) a los pastores dificulta el crecimiento del ministerio de la iglesia e impide que la gracia de Dios se manifieste a plenitud porque Dios resiste (rechaza) a los soberbios.

Santiago 4:6: Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Dios se opone con violencia a los soberbios. Las características de una persona soberbia son:
1. Altivez (orgullo) y apetito desordenado de ser preferido a otros.
2. Satisfacción y envanecimiento (vanidad) por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás. Sus prendas y propiedades lo hacen ser orgulloso y creerse mejor que los demás.
3. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas. (Cuando no consigue lo que quiere ofende y habla palabras grandes para que todos lo escuchen.
Pero la gracia de Dios es mas grande que el poder del pecado, la carne, el mundo y Satanás.

En 1 Pedro 5:6 Pedro nos dice que Dios le da gracia a los humildes y no a los soberbios y enemigos orgullosos de Dios.

2. Humildad: Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento. Una persona humilde rendirá lealtad total a Dios, obedecerá sus mandatos y seguirá su dirección soberana. Pedro exhorta a los cristianos a “revestirse de humildad” o a volverse a vestir o a amarrarse la humildad al cuerpo y caminar siempre con ella. La humildad tiene que ver con una mentalidad mansa, echando fuera toda soberbia y orgullo; asumiendo una actitud donde uno no se considere demasiado digno para servir a otros. Yo valgo demasiado para servir en las mesas.

Filipenses 2:3-4 Nada hagáis por contienda (peleas, debate) o por vanagloria (Jactancia); antes bien con humildad, estimando (Apreciando, evaluando) cada uno a los demás como superiores a él mismo no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Proverbios 8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco. Dice el Señor.
Isaías 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Dios da gracia, protección, sanidad y restauración espiritual a los humildes y quebrantados de corazon.

“Humillaos, pues bajo la poderosa mano de Dios”: someterse, rendirse totalmente bajo la mano poderosa de Dios aunque les haga pasar por pruebas difíciles. Una de las evidencias de falta de sumisión y humildad es la impaciencia con Dios en su obra de hacer humildes a los creyentes. Intranquilidad producida por algo que molesta o que no acaba de llegar.

2 Corintios 12:7-10: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
Dios le envió un aguijón en su carne (o una estaca para la carne) para mantenerlo humilde. Un mensajero de Satanás que afligía a Pablo. Si Pablo no hubiera tenido ese aguijón posiblemente hubiera vuelto a ser el hombre tirano, perseguidor de la iglesia. Pero mientras tenia el aguijón se mantenía firme. Y Dios lo permitió porque quería que Pablo fuera salvo. “Para que El os exalte cuando fuere tiempo” Lucas 14:11 Porque cualquiera que se enaltece (se cree superior) será humillado; y el que se humilla, será enaltecido (puesto en alto).

Job 42: Job se humillo bajo la poderosa mano de Dios. No sabia porque había sufrido tanto, pero si había llegado al final de las quejas, las dudas y de desafiar la sabiduría y la justicia de Dios. Había quedado reducido a una humildad absoluta bajo el peso de la grandeza de Dios, y lo único que pudo hacer fue arrepentirse de su insolencia o atrevimiento. Entonces cuando llego a lo ultimo pudo decir Yo se que mi Redentor vive, y aun del polvo de la tierra me levantara.

3. Confianza en Dios: Echando toda vuestra ansiedad sobre él. Salmo 55:2: Escucha, OH Dios, mi oración, Y no te escondas de mi súplica. Está atento, y respóndeme; Clamo en mi oración, y me conmuevo, A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío; Porque sobre mí echaron iniquidad, Y con furor me persiguen. Mi corazón está dolorido dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto. David derrama su corazón ante el Señor implorando protección por la opresión que siente a causa de la persecución del enemigo. Siente que el enemigo echo sobre el toda la iniquidad y David la esta echando sobre el Señor.
Echando significa poner algo sobre otra cosa, como se echan mantos sobre un pollino. Los cristianos deben echar todo su descontento, desanimo, desesperanza y sufrimiento en el Señor, y confiar en que EL sabe lo que hace con la vida de cada uno de nosotros.

1 Samuel 1:10-18 Ana con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza. Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.
Ana estaba atribulada de espíritu y derramó su corazón delante de Jehová. De la misma manera Dios nos da el remedio para calmar nuestra ansiedad:
El Salmo 1 nos dice que “Bendito es el varón que confía en Jehová y cuya confianza es Jehová porque: Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”.
Los árboles que crecen junto a las corrientes de las aguas siempre van a disfrutar de bendición. Aunque venga el calor o la sequía sus hojas siempre estarán verdes y no dejara de dar frutos. El hombre que pone su confianza en Dios será como el árbol que crece junto a las corrientes de las aguas que echara sus raíces, y no vera cuando viene el calor, o cuando viene el intenso frío, o la nieve; sino que su hoja siempre estará verde; y en el ano de la sequía no se fatigara.

Por nada estará afanado. No se afanara en el año de la sequía, en el tiempo de oscuridad espiritual. No se afanara en cuanto a la provisión espiritual; no se afanara en cuanto a la provisión temporal, como el alimento o el vestido; no se afanara en cuanto al testimonio de sus labios, que decir o como decirlo. Entonces ¿que es lo que queda para que podamos afanarnos? Nada. Porque el Señor cuida de nosotros. ¿Por qué os afanáis….? Y Pablo dice además: “Por nada estéis afanoso.”
La ansiedad no esta respaldada en la Biblia; mas bien nos dice: echando toda vuestra ansiedad y preocupación sobre El porque El tiene cuidado de nosotros. ¡Bienaventurado el varón que no se afana!

 

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October 08, 2009
Throwing all your ansiety over Him

by Missionary Amelia Sifuentes-Torres

Ro God see it.



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