Octubre 01, 2009
Dios esta buzcando adoradores
por Misionera Amelia Sifuentes-Torres
Juan 4:23-24 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos doradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
OH Dios Que hermoso saber que estas buscando personas que te adoren en espíritu y verdad. Eres completo, Señor. Nadie puede agregar a tu perfección. Sin embargo no buscas adoradores para aumentar tu gloria, sino porque corresponde que te glorifiquen. Nosotros, que nos creaste para adorarte, somos más completos cuando cumplimos este propósito que es el más profundo de nuestra vida. Cuando te adoramos en el poder de tu Espíritu y a la luz de tu verdad revelada, encontramos el lugar que nos corresponde en la vida. OH Dios, deseo ser exactamente lo que buscas: alguien que te adora en espíritu y verdad.
Isaías 2:12 Porque el día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido;
Un día vendrá el SEÑOR Todopoderoso contra todos los orgullosos y arrogantes, contra todos los altaneros, para humillarlos;
Isaías 2:17 La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día.
La altivez del hombre será abatida, y la arrogancia humana será humillada. En aquel día sólo el SEÑOR será exaltado.
¿Te alabaremos solamente cuando nos consuelas y satisfaces? No lo permitas, Señor. No, te alabaremos también por tus juicios. Son completamente verdaderos y justos. En ti no hay injusticia. Una y otra vez demostraste tu misericordia y compasión, cruzando tiempo y espacio, para ofrecer redención y restauración a un mundo rebelde y obstinado. Te damos nuestro reconocimiento y alabanza por tu misericordia constante y tu justicia perfecta.
Job 2:9-10 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Su esposa le reprochó: ¿Todavía mantienes firme tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete! Job le respondió: Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos también recibir lo malo? A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra.
Señor, te cedo todo el derecho de definir lo que es bueno y lo que es malo. He andado contigo lo suficiente para saber que muchas de las cosas que considero malas terminan resultando para mi bien, y muchas cosas que percibo como buenas han resultado ser lo contrario. ¿Quién soy para decir otra cosa que “Gracias” por lo que me viene de tu mano? Pues se que dispones todas las cosas para el bien de quienes te aman. Quiero tener mejor disposición de aceptar de ti lo que sea que resulte en tu gloria y produzca en mi alma una semejanza a Cristo.
Isaías 5:16 Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia.
Isaías 5:20 Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno dicen malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
Ay de los sabios en su propia prudencia; Ay de los sabios en sus propios ojos; Ay de los altaneros, orgullos y vanidosos; Ay de los borrachos.
Tu Palabra muestra con claridad lo que es bueno y lo que es malo. Lo que hoy es verdad será verdad para siempre. Dame el valor de hablar la verdad y vivirla. No permita que me conmueva la tal llamada sabiduría del mundo, ni el engaño de ninguna filosofía humana. Guarda mi corazón y mi mente, Espíritu Santo. Que nunca pervierta los caminos de Dios.
Isaías 6-9 En el año que murió el rey Usías vi. Yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije! Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.
Cuando murió el rey Usías, Isaías vio al Señor sentado en su trono excelso y sublime. Y dice que vio sus faldas que llenaban todo el Templo de su gloria. Vio también los serafines que volaban de lado a lado, y se decían unos a los otros: “Llena esta la tierra, llena esta la tierra de su gloria; Santo, Santo, Santo es el Señor. Y el templo, el lugar donde se encontraba Isaías comenzó a temblar y se lleno de humo. Y cuando Isaías vio toda aquella manifestación comenzó a temblar y a gritar: Ay,ay, ay de mi, estoy perdido, estoy perdido, porque soy hombre de labios impuros, y vivo en medio de un pueblo inmundo, blasfemo, adultero, fornicario, mentiroso hipócrita y mis ojos han visto al Rey de reyes y Señor Todopoderoso.
Mientras Isaías tenia aquella visión de la Santidad y el poder de Dios su espíritu se compungió y sintió lastima de si mismo y del pueblo que se decía ser el pueblo de Dios. Su pecado y el pecado del pueblo quedo al descubierto, visible delante de el. Sintió dolor dentro de si mismo y comenzó a lamentarse: Ay, ay, ay de mí. Mientras Isaías gritaba uno de los serafines voló hasta el y con un carbón encendido que copio con unas tenazas, porque aquel carbón estaba ardiendo en fuego. El serafín toco con el carbón encendido los labios de Isaías y con voz fuerte le dijo: He aquí que esto ha tocado tus labios. Tu maldad, tu culpa ha sido quitada, y tu pecado ha sido perdonado.
OH Dios danos una manifestación de tu ardiente santidad; una que nos lleve a postrarnos en arrepentimiento, para que puedas limpiarnos y llamarnos. Danos una visión de tu voluntad y el valor para ser la clase de adoradores que buscas: los que adoran de corazón; los que llevan una vida de sacrificio; los que ganaran al mundo para Cristo; los que ofrecerán su vida y dirá: Aquí estoy, Señor, Envíame a mi”.
Hasta ese momento Isaías estaba viendo la gloria de Dios y los mensajeros de Dios ministrado a su vida. Aunque era el profeta de Dios, el también necesitaba tener una experiencia genuina con el Señor. Dios llama a hombres y mujeres para ponerlos en el ministerio. Pero antes de darle la encomienda Dios nos prueba. Y una de las señales que tiene el llamado de Dios es esa experiencia sobrenatural donde podemos ver la gloria y el poder de Dios manifestados en nuestra vida. Dios llama a hombres y mujeres que antes de conocer a Dios eran blasfemos, hipócritas, mentirosos, chismosos, altaneros, soberbios, orgullosos, adúlteros y fornicarios. Pero antes de lanzarlos al ministerio Dios quema y destruye toda inmundicia que ha habido dentro y fuera de esa persona.
Dice la Palabra en Isaías 6:7 “He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado”.
Luego que su pecado fue perdonado, Isaías ahora estaba limpio ante la presencia de dios. Entonces oyó la voz de Dios desde su Santo Templo. Y pudo escuchar la queja y el lamento de dios: ¿A quien enviare, y quien ira por nosotros?
Existen dos cosas que el Dios Todopoderoso, del cual nosotros hemos oído hablar: que todo lo puede, y todo lo sabe no puede hacer. Dios no puede ir al campo a predicar a las almas perdidas y no puede rendirse adoración a si mismo. Dios se ha manifestado al hombre de muchas maneras, Le ha dado ha conocer su voluntad: el quiere que todas las almas sean salvas y que ninguno se pierda. Proveyó el medio más fácil para que la humanidad pueda alcanzar la salvación y la vida eterna. Ese medio es Jesucristo, el hijo de Dios. Nos ha dado todas la herramientas que necesitamos: autoridad y poder para echar fuera demonios; fe para poner las manos sobre los enfermos y sean sanos; Poder para coger en las manos serpientes y que no nos hagan daño. Dios nos ha equipado para que seamos nosotros los que hagamos el trabajo de ir al campo a predicarle a las almas perdidas que andan sin Dios y sin esperanza.
Nos ha equipado con poder y autoridad para llevar su Palabra y exhortar a la iglesia como lo hizo Pablo en Romanos 12:9-21 sin quitarle ni añadirle:
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen, bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
El amor debe ser sincero; seguid lo bueno, aborreced lo malo; ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose, honrándose mutuamente; no sean perezosos, sino diligentes en todo; sirvan al Señor fervientemente en el Espíritu; que no se apague la llama del Espíritu; perseveren en la oración y el ayuno; bendecid a los que los persiguen y calumnia; gozaos con los que se gozan, y lloren con los que lloran; vivan en armonía los unos con los otros; dejen los pleitos y las contiendas; no sean arrogantes y soberbios; no se crean sabios en su propia opinión.
Dios también nos ha equipado para que le adoremos. El no puede rendirse adoración a si mismo por lo tanto anda buscando adoradores que le adoren en Espíritu y Verdad según dice:
Juan 4:23-24-23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Dios no esta buscando adoradores para aumentar su gloria y poder sino que quiere que su creación cumpla con el propósito para el cual fue creada, adorarle. Esa es la primera encomienda que Dios nos dio: que le adoremos; que levantemos nuestras manos hacia el altar y abramos nuestra boca para honrarlo y glorificarlo. Con labios puros y limpios, adorándole en el Espíritu y la verdad de su Palabra revelada. En señal de adoración: levanta tus manos hacia el altar, abre tu boca y ordena a tu alma que adore a Dios. Alma mía alaba a Dios, alma mía alaba a Dios, alma mía alaba a Dios.
Que mi vida entera esté consagrada a ti Señor; que a mis manos pueda guiar el impulso de tu amor. Toma, OH Dios, mi voluntad, y hazla tuya, nada más; toma, si, mi corazón por tu trono lo tendrás. Toma tú mi amor, que hoy a tus pies vengo a poner, toma todo lo que soy, todo tuyo quiero ser.
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