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Mensajes / Sermons


Agosto 15, 2009
Satanas: Mis hijos no son tuyos

por Misionera Amelia Sifuentes-Torres


Jeremías 31:16-17 (Reina-Valera 1960)
16 Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. 17 Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra.

El cristiano puede esperar un cielo que no ha visto porque cree lo que dicen las escrituras sobre el cielo y porque vive confiando en esa promesa. La fe es la llave para vencer los poderes de Satanás. Es la convicción de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve con nuestros ojos naturales. Las fuerzas diabólicas trataran de convencernos de que lo que vemos con nuestros ojos naturales es la pura realidad, pero no es cierto. En la esfera espiritual nuestra fe puede cambiar aquellas cosas que estamos viendo por lo que dice la Palabra de Dios porque dice 2 corintios 5:7 que “por fe andamos, no por vista”. Yo veo con mis ojos naturales que mi hijo no le sirve al Señor pero por la Palabra yo veo a mi hijo convertido en un cristiano porque la Palabra dice: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tu y tu casa. Cuando esa fe en la Palabra de Dios esta en el corazón del cristiano, este puede cambiar cualquier circunstancias de la vida y transformar lo que esta viendo en lo que no se ve. Yo veo a mis hijos predicando la Palabra de Dios aunque el diablo me quiera hacer creer lo contrario. El es un mentiroso.

1 Juan 5: 4 dice que nuestra Fe vence al mundo: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. Todo lo que es nacido de Dios o sea todo cristiano que ha nacido de nuevo como dice 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. El cristiano que le ha dado la espalda al pecado y vive una vida sometida a Dios esta en victoria porque por la fe que tenemos en Jesucristo podemos vencer al mundo y a Satanás y reclamar nuestros hijos como propiedad de Dios.

Isaías 54:17 dice que “ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”. El enemigo no podrá vencernos, ninguna de las armas que use contra nuestros hijos prosperará porque Dios pelea por nosotros. Nos mantenemos firmes y fieles a Dios, sometidos a su Palabra y creyendo por fe en las promesas de Dios y el enemigo no podrá vencernos. Nuestros hijos son nuestra herencia. Pero no podemos descuidarnos. Tenemos que mantenernos alertas todo el tiempo, y tenemos que conocer toda la Palabra.

2 Corintios 10:3-4 dice que “aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,”
Andamos en la carne en sentido físico, porque aunque poseemos la autoridad y el poder de Dios, somos seres humanos de carne y hueso. 7 Pero 2 Corintios 4:7 nos dice “tenemos este tesoro (nuestra salvación) en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,” y en el 4:16 nos dice que “Por tanto, no desmeyamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”. Dios nos ha dado el tesoro de la salvación que la tenemos en vasijas de barro, vasijas que son frágiles, se pueden romper y se pueden mover, para que entendamos que el poder es de Dios y no de ningún mensajero ya que Dios supera la vasija de barro (al hombre exterior) para hacer grandes proezas con los hombres que son salvos. Aunque seamos débiles físicamente, nuestro espíritu se va renovando de día en día. Como hombres no peleamos la batalla espiritual por nuestros hijos y nuestra familia con la sabiduría humana o con armas de guerra. Tales armas carecen de poder para libertar a nuestros hijos de las fuerzas de las tinieblas y llevarlas a la madurez de Cristo.

Nuestras armas no son carnales o humanas, sino poderosas en Dios para destruir las fortalezas satánicas. Fortaleza es un lugar alto ubicado posiblemente en una colina que en la antigüedad servia de refugio a los residentes de la ciudad. Las fortalezas espirituales satánicas que controlan las fuerzas del infierno no pueden ser destruidas por la carne o por la naturaleza carnal del hombre porque se encuentran en los aires. Por lo tanto tienen que ser derribadas a través de oraciones intercesoras fervientes provenientes de la Palabra de Dios. Solo pueden ser destruidas con armas espirituales por creyentes llenos del poder de Dios, que sepan usar la espada del espíritu que es la Palabra de Dios. (Efesios 6:17), porque solamente la Palabra de Dios puede derrotar las falsedades satánicas. Esta es la verdadera guerra espiritual. Nuestro ataque es a confrontar el error con la verdad de la Palabra de Dios. Esa es nuestra batalla.

Cada familia sobre la Tierra esta siendo acosada por el enemigo de las almas, el diablo que esta buscando a quien devorar y quiere destruir nuestra familia. El vino a robar, a matar y a destruir pero Cristo vino a deshacer las obras de Satanás. Nos quiere robar nuestros hijos. Pero nosotros, los padres, tenemos que recordar el sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo. Satanás fue vencido en la cruz del calvario. Cristo nos ha dado autoridad y poder para vencer al maligno. Por lo tanto tenemos que usar nuestra fe para reclamar las promesas de salvación para nuestros hijos y contrarrestar todo ataque que venga contra nuestros hijos y contra nuestra familia.

Según Efesios 6:12 “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. La lucha es un combate cara a cara y mano a mano, donde Satanás usa de todas sus artimañas para engañar. Usa la magia, la mentira, el truco, el engaño para tentar al cristiano. Para que el cristiano pueda sobreponerse a este ataque satánico se requiere la verdad de la Palabra de Dios. Satanás usa todos sus recursos para hacernos caer. Y cuando se refiere a las huéspedes espirituales de maldad posiblemente se esta refiriendo a las abominaciones mas depravadas, como lo son las depravaciones sexuales extremas, el ocultismo, y la adoración al diablo. Por lo tanto nuestra lucha no es contra nuestros hijos o nuestros seres queridos. Nuestra lucha es contra las huéspedes espirituales de maldad, es decir es una guerra espiritual y por ser una guerra espiritual necesitamos la armadura de Dios y las armas espirituales poderosas en Dios.

Efesios 6:17 nos dice “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”. Ponerse el yelmo o casco para proteger la cabeza que es el blanco en la batalla. Satanás trata de destruir la seguridad de la salvación del creyente con sus armas de duda y desanimo. Satanás quiere atribular al cristiano haciéndole creer que ha pedido su salvación. Pero Dios que es bueno nos ha prometido salvación eterna. Por lo tanto mientras mas dudas el enemigo ponga en nosotros mas fuertes somos confiando en la promesa de Dios de salvación eterna que Dios nos da mediante las Escrituras. Mientras seamos obedientes a la Palabra de Dios no debemos tener temor de perder la salvación.

La espada del Espíritu: la espada era la única arma ofensiva del soldado; así es la Palabra de Dios la única arma necesaria para contrarrestar los ataques del enemigo porque es infinitamente más poderosa que cualquier arma del enemigo.Tenemos que conocer la Palabra de Dios para poderla citar a Satanás en el momento del ataque.

Para comenzar con éxito la guerra espiritual, los padres tenemos que someternos a Dios continuamente y resistir permanentemente al diablo. Cuando el padre (madre) se somete verdaderamente a Dios y cuando esta resistiendo continuamente al diablo, entonces el diablo tiene que huir. El diablo tiene que huir frente a un padre o a una madre que vive una vida sometida a Dios.
La clave para resistir al diablo es usar las armas que Dios nos ha dado:

1. Usar la Palabra de Dios en todo momento. Isaías 55:11 dice: “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

Salmos 119:89 dice: “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos”.
En Mateo 4 Jesus uso la Palabra para confrontar a Satanas: “Escrito esta: no solo de pan vivira el hombre”; volvio y le dijo “Escrito esta: No tentaras al Senor tu Dios” y por ultimo le dijo Vete de mi Satan’s porque Escrito esta: Al Senor tu Dios adoraras y a el solo serviras”.

Hay poder en la Palabra de Dios. Pero necesitamos conocerla, saberla de memoria para poderla citar. Frente a la televisión, viendo novelas y llenandose de basura no va a aprender la Palabra de Dios. Frente a la televisión se esta convirtiendo en presa facil de Satanas. Las armas de nuestra milicia son poderosas en Dios. La Palabra de Dios es el arma mas poderosa que Dios nos ha dado para combatir al enemigo; pero tenemos que usarla, tenerla en nuestras manos como la espada que llevaba el soldado en la mano. Lista para atacar en el momento de combate. Cuando venga la hora de la novela nos ponemos de pie frente a Satanás y le decimos que ahora soy una nueva criatura según Corintios 5:17 que dice “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

2. Ayuno y oracion persistentes: Mateo 6:17-18 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

Lucas 18:1 Parábola de la viuda y el juez injusto: “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.

Juan 16:23-24 dice: “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”. Es la voluntad de Dios salvar a nuestros hijos y a nuestra familia. La clave es orar siempre y no desmayar. Orar sin cesar.

3. Pedir en el nombre de Jesús. 1 Juan 5:13-15: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.

4. Proclamar que la Sangre de Cristo tiene poder. Hemos sido redimidos por la sangre de Cristo. Como dice Hebreos 9:12 “no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”. Cuando Satanás venga a tratar de hacernos dudar de nuestra salvación y la de nuestros hijos le decimos: Vete de mi Satanás porque escrito esta Yo he sido redimido con la sangre del cordero, esa preciosa sangre de nuestro Señor Jesucristo eternamente, para siempre.

Satanas no tiene derecho legal contra nosotros ni contra nuestros hijos. Esa es la batalla que tenemos que pelear. Gálatas 3:13-14 dice que “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”. Le decimos a Satanás: Escrito esta: Mis hijos no son tuyos; son propiedad de mi padre porque el envió a su Hijo Jesucristo quien nos redimió de la maldición de la ley. Ya no vivimos bajo la ley, sino bajo la gracia.
5. Tenemos que aferrarnos a la promesas del Espíritu Santo. Galatas 3:14 dice: para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”. Hemos alcanzado la bendición de Abraham a través de nuestro Señor Jesucristo y ahora somos libres del pecado por medio de la preciosa sangre derramada en el madero. Cristo murió, resucito, y subió al Cielo y nos envió la promesa del Espíritu Santo. No estamos solos: Cristo esta con nosotros y nos ayuda a pelear contra las huéspedes satánicas de maldad. (Yo no estoy solo No. Tu estas conmigo Si. Si me eres fiel estaré contigo hasta el fin.
6. Usar la potestad que nos ha sido dado de Atar y desatar. Mateo 28:18: Y Jesús se acercó y le habló a sus discipulos diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. Cuando nos acercamos a Dios en el nombre de Jesus las puertas de los cielos se abren y Dios nos escucha porque hay poder en el nobre de Jesus. Por lo tanto atamos nuestros hijos a Dios y desatamos toda ligadura satanica en la tierra. Esa potestad de Jesucristo nos ha sido pasada a nosotros pero tenemos que usarla.

7. Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
La clave para ganar la batalla por nuestros hijos es el sometimiento a Dios. Dios no puede ser burlado; ni lo podemos engañar. Es imposible resistir las tentaciones del diablo con una vida mundana, buscando agradar más a los deseos de la carne que a Dios. El resultado de una vida sometida a Dios es que Satanás huye del cristiano sometido a Dios. Gritando, hablando malo, metido en la casa del vecino chismeando, viendo novelas y películas de sexo, hablando negativo de los demas no se va a ganar sus hijos para Cristo. Nuestros hijos son nuestro espejo. Lo que ven en nosotros es lo que ellos hacen. Para ganarnos nuestros hijos y nuestra familia para Dios primero tenemos que aplicar la Palabra de Dios a nuestras vidas. Dios demanda una vida en paz y en santidad a Dios sin la cual nadie vera al Senor.

8. Jeremías 31:16-17 Así ha dicho Jehová: “Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra”. Nuestros hijos volveran de la tierra del enemigo, seran arrebatados de las garras de Satanas conforme a nuestras oraciones y a nuestro sometimiento a Dios. Mientras mas hundidos los vemos en el mundo y en el pecado con mas insistencia se los reclamamos a Dios. Dios nos da la recompensa y salva a nuestros hijos.. Mientras hay vida hay esperanza. No importa como el diablo nos los quiera presentar, siempre hay esperanza. Nuestros hijos van a ser rescatados del mundo, del vicio, de la droga, del hoyo donde han caido. Y Dios los va a libertar y van a entrar a una dimensión espiritual que Dios tiene reservada para ellos. Hay salvacion para nuestros hijos y para nuestra familia. Por lo tanto Iglesia ponte en pie y repite conmigo: Satanas: Mis hijos no son tuyos. Mis hijos le pertenecen a Dios.

 


August 15, 2009
Satan: My children are not yours

by Missionary Amelia Sifuentes-Torres

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